También famosa como matalobos o casco del diablo, esta planta herbácea es originaria de zonas montañosas del hemisferio norte del planeta. Los síntomas que se generan tras tocar o consumir acónito son quemaduras en la boca, salivación, vómito, diarrea, problemas cardiacos, comay, en ciertos casos, la desaparición. En los peores casos, podría ocasionar una parada cardiorespiratoria.
El problema desconocido de esta planta es que tiene dentro cristales de oxalato de calcio, que resultan tóxicos para las personas y los animales. La ingesta del filodendro hace dermatitis, hinchazón de la boca y el tracto digestivo en humanos, pero en gatos y perros, su efecto puede ser más grave y ocasionarles espasmos, conmociones, dolor e hinchazón. Crece en entornos húmedos y frescos (orillas de los ríos, arroyos y en los bordes de los caminos y campos de cultivo); es nativa de Europa y Norte de África. Para matar a un humano únicamente son necesarios ciertos gramos de sus frutos verdes. Plinio, naturalista de roma del siglo I (23-79), y su coetáneo Dioscórides, médico y toxicólogo que vivió entre los años 40 y 90, hablan de la cicuta como “koneion”. Según este último, “la cicuta engendra vahídos de cabeza, y de semejante suerte ofusca la visión que no ve nada el paciente.
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La totalidad de la planta contiene toxinas , especialmente olandrina , que almacena gran similitud con los heterósidos digitálicos. Ya en época romana el médico Dioscórides la describía como una planta cuyas hojas y flores resultaban ser un veneno mortífero para los perros, los mulos y muchos animales cuadrúpedos. Muchas de las plantas que crecen en nuestros jardines tienen un grado de toxicidad que puede acabar con la vida de un individuo. Las hojas contienen sustancias digitálicas, entre ellas la folineriína, que por hidrólisis se escinde en oleandrigenina, la que tiene una actividad farmacológica mas fuerte que todos y cada uno de los glucósidos de la Digitalis purpurea y la Digitalis lanata. También es otra planta que está en los montes pirenaicas, y como la belladona, sus frutos pueden confundirse con la zarzamora. Se han reportado casos de intoxicación grave y de una muerte en Terrassa por consumir este fruto.
Se la halla entre los 1.500 y 2.000 metros de altura en los Pirineos, y llevarse la mano a la boca tras tocarla ahora puede tener efectos desapacibles. Y si algún imprudente la prueba, tiene que causarse el vómito pues no hay antídoto. Sino más bien, tras graves adversidades digestibles, la desaparición puede llegar en unos cuantos horas. Solo un gramo de aconitina, su toxina, ya basta para matar a un adulto. Su toxicidad es tal que hasta la miel que se puede hacer de su néctar puede matar a un individuo. Si a alguien se le sucediera probarla, sentiría fuertes dolores de estómago, que pasaría a diarreas y vómitos, y luego mareos, conmociones, taquicardia y hasta llegar al paro cardiaco.
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Por eso, si bien el tono de sus flores sea llamativo, la planta sea especialmente dura ante las adversidades del tiempo y no tenga apenas requerimientos hídricos, rechace siempre y en todo momento adquirirla para el jardín de su red social o el suyo propio. Los niños y las mascotas meritan estar seguros, y esta planta a su alrededor piensa un verdadero peligro. En verdad, si las ve en parques próximos a su casa, debería ponerse en contacto con Parques y Jardines a fin de que las retiraran.
Una tolerante padeció una grave intoxicación aguda por adelfa con pretenciones suicidas tras ingerir tan solo siete hojas de la planta. Se estima que unos 15 a 20 gramos de hojas frescas tienen la posibilidad de matar un caballo, 10 a 20 gramos una vaca y 1-5 gramos a una oveja. El extracto de adelfa produciría una reducción de la actividad motora en ratones de laboratorio y una potenciación del efecto hipnótico del hexobarbital. Esta sustancia mostraría asimismo un efecto analgésico y anticonvulsivante frente a la convulsión inducida por picrotoxina y bicucullina, lo que podría evidenciar un efecto depresor sobre el SNC.
Su nombre alude a que se la emplea en la industria del calzado y la curtiembre, y en la zona de Campo, en Aragón, se ten en cuenta que las cabras y ovejas se ‘emborrachan’ en el momento en que ingieren sus hojas –y las puede llegar a matar si comen varias-. La evolución permitió de este modo, que ciertos animales, de manera especial los herbívoros, sean capaces de diferenciar las plantas que son correctas para consumir y depurar su organismo, de las perjudiciales y mortales. Agripina la Menor, madre de Nerón, salvó a aquella mujer y se sirvió de ella para conseguir realizar emperador a su hijo, por el hecho de que había sido sentenciada a muerte por envenenadora.
No Es Habitual Que Un Adulto Las Ingiera, Pero Se Debe Tener Precaución Con Los Pequeños Y Las Mascotas
Sus semillas, ovaladas y de un colorado intenso, se acostumbraban a utilizar como joya artesanal o cuentas de rosario. Pero si por incidente se rompe la cobertura y se prueba su interior, se entrará en un cuadro de náuseas, vómitos, y el bloqueo del sistema digestivo; y en tres o 4 días puede llegar la muerte. Las semillas poseen la toxina abrina, que impide la síntesis de las proteínas. Las consecuencias pueden perdurar una semana, en un desapacible cuadro de vómitos, diarrea y convulsiones, hasta llegar al fallecimiento. Bien lo sabía Agatha Christie, que solía prestar a sus misteriosos asesinos una dosis de este veneno para acometer sus crímenes.
Nadie diría que esta típica planta ornamental navideña puede ser una trampa para humanos y animales. Su toxicidad se debe a la savia lechosa que circula por sus tallos y membranas y que resulta molesto al contacto con la piel y las mucosas. En sus instalaciones alberga cerca de cien plantas tóxicas, intoxicantes y narcóticas, y los visitantes tienen estrictamente prohibido olerlas, tocarlas o probarlas. No obstante, a pesar del peligro, el morbo que suscita la letalidad de este lugar lo ha convertido en entre las atracciones turísticas más concurridas del país.
Por fortuna el caso acabó bien, después de permanecer hospitalizados varios días con síntomas de severos de intoxicación. Una creencia habitual popularizada asegura que el aroma de sus flores es suficiente para generar malestar general o dolor de cabeza. La oleandrina también podría inhibir determinados biomarcadores tumorales y tener un efecto coadyuvante en algunos tipos de cáncer. Los autores de este estudio proponen la posible utilización de esta sustancia junto con agentes emolientes aplicados en un parche para la quimioprevención o el tratamiento de cánceres cutáneos.
Conviene advertir de la toxicidad de esta planta y saber los primordiales síntomas de su intoxicación. Su sustancia activa que es tóxica en la adelfa tiene por nombre oleandrina y su ingesta puede provocar vómitos, nauseas y paro cardíaco. Desde el instante en que en 1988 se describieran el ácido oleandarónico y el oleandereno, la lista de elementos populares de las hojas, tallos y flores de la adelfa no hace sino más bien aumentar paulativamente. En 2007 se identificaron 4 nuevos glucósidos cardenólidos, que se unen a los nueve populares de antemano. Ese año se aislaron tres nuevos pregnanos, que se aúnan a otras sustancias químicamente afines, como las neridienonas A y B. Previamente habían sido detectados nuevos derivados triterpénicos, dos derivados taraxasteránicos y un derivado ursánico.
Y sucede que la ricina interfiere en el metabolismo celular humano; al bloquear el desarrollo químico que sustenta la vida, las células mueren y los órganos empiezan a fallar de a poco hasta provocar la desaparición. Una dosis mortal para un adulto representarían cinco semillas de ricino; para un niño, solo una. La toxicología en los tiempos de la Roma imperial se reducía esencialmente al conocimiento de las propiedades de las plantas, que además de esto eran las únicas medicinas.